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El miedo a lo político: visibilizando los dolores micropolíticos



Manifestación

En nuestra sociedad, el miedo a expresar nuestras angustias y posiciones políticas, especialmente en el escenario micropolítico, se ha convertido en una barrera para el cambio social. Este temor nos impide visibilizar los dolores que han sido históricamente invisibilizados por el sistema, perpetuando así las desigualdades y las injusticias.


Las raíces del miedo político


¿Por qué tenemos tanto miedo a hablar de política? Hay varias razones que creo explican este fenómeno:


1. El apego a pequeños privilegios: Aunque somos conscientes de que ciertos privilegios son inequitativos, tememos perderlos si alzamos la voz. Nos aferramos a esas ventajas, por mínimas que sean, por miedo a quedar en una posición aún más vulnerable.


2. El rechazo social: Cuando nuestras posiciones son minoritarias o consideradas fuera del orden establecido, tememos las consecuencias sociales de expresarlas. El miedo al ostracismo, a la exclusión o al señalamiento nos lleva a callar.


3. La incertidumbre del cambio: No saber a dónde nos llevará nuestra posición política genera ansiedad. Preferimos la seguridad de lo conocido, aunque sea injusto, antes que la incertidumbre de un cambio que no podemos controlar.


4. La evasión de responsabilidad: Asumir una postura política implica también asumir la responsabilidad por sus consecuencias. Muchas veces, preferimos evadir ese compromiso para no cargar con el peso de las decisiones difíciles.


5. La desvalorización de la opinión propia: La creencia de que no sabemos lo suficiente sobre política nos lleva a pensar que nuestra opinión no tiene validez. Esta inseguridad nos genera una profunda ansiedad que nos paraliza.


6. El miedo al conflicto: Expresar una posición política puede generar debates y enfrentamientos. Muchas personas prefieren evitar el conflicto, aunque eso implique silenciar sus propias voces y demandas.


7. La normalización de la injusticia: Cuando las desigualdades y las violencias se vuelven parte del paisaje cotidiano, alzar la voz se vuelve más difícil. La normalización de lo inaceptable nos adormece y nos hace cómplices por omisión.


Visibilizando los Dolores Micropolíticos


Estos miedos tienen un efecto silenciador que perpetúa las injusticias y frena el cambio social. Cuando callamos nuestras angustias y demandas, estamos permitiendo que los dolores micropolíticos sigan siendo invisibles.


¿Qué son los dolores micropolíticos? Son esas experiencias cotidianas de opresión, exclusión y violencia que viven las personas en sus interacciones diarias, en sus espacios de trabajo, en sus familias, en sus barrios. Son las discriminaciones por género, raza, clase, orientación sexual. Son las violencias domésticas, los abusos laborales, las humillaciones diarias.


Estos dolores suelen quedar ocultos tras las grandes narrativas políticas, pero son la materia prima de la que está hecha la desigualdad estructural. Visibilizarlos es el primer paso para transformarlos.


Un Llamado a la Acción desde Sin Culillo


Desde Sin Culillo, queremos invitar a vencer el miedo y a alzar la voz. A compartir sus angustias, demandas, sueños de un mundo más justo. A visibilizar esos dolores micropolíticos que el sistema se empeña en ocultar.


No se trata de tener todas las respuestas, sino de atreverse a hacer las preguntas incómodas. No se trata de tener la verdad absoluta, sino de construir verdades colectivas desde la diversidad de experiencias.


Sabemos que no es fácil. Que el miedo es real y que las consecuencias pueden ser duras. Pero también sabemos que el silencio es cómplice y que cada voz que se alza es una grieta en el muro de la injusticia.


En Sin Culillo queremos ser un altavoz para esas voces valientes. Un espacio donde tejer redes de apoyo, de solidaridad, de cuidado mutuo. Donde podamos imaginar y construir otros mundos posibles.


Porque creemos que la política no es solo cosa de expertos y gobernantes. La política es lo que hacemos cada día, en cada interacción, en cada decisión. La política es el poder de transformar nuestra realidad desde lo cotidiano.


Así que le invitamos a unirse a esta comunidad de valientes. A compartir historias, luchas, esperanzas. A visibilizar esos dolores micropolíticos para que nunca más sean ignorados.


Porque juntxs, sin miedo - sin culillo, podemos hacer temblar los cimientos de la desigualdad y construir un mundo donde quepan muchos mundos. ¿Nos animamos?

 

Algunas referencias del tema:

 
 
 

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